Cloe Cabrera
Traducido del inglés por Omar Ribas
TBO.com (Tampa Bay Online). Florida, EE.UU. Publicado: 30/03/2005
TAMPA- De niña, Amy Pérez asistió a diferentes iglesias cristianas, rezando en las misas católicas y cantando en los cultos baptistas. Pero nunca se sintió satisfecha con las respuestas que esas confesiones daban a sus preguntas.
A los 12 años, Pérez dejó la Webb Middle School para ir a la Universal Academy of Florida, una escuela musulmana en Tampa, porque no le gustaban los grupos y la escena social de Webb. Y quería aprender más sobre el Islam.
Pérez leyó sobre la fe musulmana y preguntó a sus compañeros de clase.
Después de mucha investigación y contemplación, Pérez hizo shahada, la declaración de fe para convertirse en musulmana.
Tenía 14 años.
"Finalmente encontré la paz", dijo Pérez, de 22 años, que es de descendencia dominicana y portorriqueña. "Una paz que nunca había conocido. Todo tenía sentido para mí. Cualquier pregunta que tenía, había una respuesta para ella. Era verdaderamente extraordinario".
Los sentimientos de Pérez parecen resonar en las latinas de los EE.UU., que están abrazando el Islam en número creciente. Se unen a una fe dominada en los Estados Unidos por los negros, que son la mitad de los 6 millones estimados de sus seguidores, de acuerdo con un estudio de 1990 elaborado por el American Muslim Council, el más reciente disponible. Los seguidores de descendencia surasiática y árabe son cerca del 35 por ciento.
El número de musulmanes es difícil de determinar porque la fe no está incluida en el censo de EE.UU., pero hay una abundante evidencia anecdótica que más mujeres hispanas están adoptando el Islam.
"Definitivamente vemos más conversas latinas", dijo Ahmed Bedier, director de la Oficina Central de Florida del Council on American Islamic Relations. "Realmente es un fenómeno porque el estereotipo es que el Islam oprime a las mujeres, así ¿cómo pueden escoger una religión que podría restringir su estilo de vida?."
Lo que alimenta este crecimiento es un aumento de información disponible para los hispanos conversos, dijo Bedier.
Los coranes escritos en español y otras obras son disponibles, y la distribución va en aumento, dijo.
Hay apoyo en Internet para los musulmanes hispanos por parte de grupos como la Latino American Dawah Organization e Hispanicmuslims.com.
Cultura familiar
Mohamed Moharram, dirigente de la Muslim American Society local, no se sorprende por el crecimiento de las conversas latinas.
"En la última jornada de puertas abiertas cuatro latinas se convirtieron al Islam", dijo. "El hecho es que el Islam eleva la posición de las mujeres. Las mujeres la ven [la fe] como una liberación de las dificultades indebidas que la sociedad les impone".
Cuando Pérez se convirtió hace ocho años, era una de las pocas latinas en su mezquita. Ahora ve más.
Cuando me convertí, estaba yo, mi madre, y cuatro de mis amigas con sus madres, dijo Pérez. Ahora hay muchas más.
Algunas se convierten porque se casan con musulmanes; otras están buscando un camino espiritual que les llene más. La mayoría dicen que las enseñanzas del Islam reflejan varios de sus valores latinos.
En el crecimiento la familia lo era todo, dijo Pérez. Se te enseñaba a respetar a tus mayores y a tu madre; no podías ni levantar tu voz ante tu madre. Esta es la vieja escuela de pensamiento, pero esto es el Islam. Cuando no era musulmana, hacía las cosas de esta manera.
El Islam tiene una historia en España que se remonta al gobierno de los moros musulmanes desde el siglo VIII hasta el XV.
Traducido del inglés por Omar Ribas
TBO.com (Tampa Bay Online). Florida, EE.UU. Publicado: 30/03/2005
TAMPA- De niña, Amy Pérez asistió a diferentes iglesias cristianas, rezando en las misas católicas y cantando en los cultos baptistas. Pero nunca se sintió satisfecha con las respuestas que esas confesiones daban a sus preguntas.
A los 12 años, Pérez dejó la Webb Middle School para ir a la Universal Academy of Florida, una escuela musulmana en Tampa, porque no le gustaban los grupos y la escena social de Webb. Y quería aprender más sobre el Islam.
Pérez leyó sobre la fe musulmana y preguntó a sus compañeros de clase.
Después de mucha investigación y contemplación, Pérez hizo shahada, la declaración de fe para convertirse en musulmana.
Tenía 14 años.
"Finalmente encontré la paz", dijo Pérez, de 22 años, que es de descendencia dominicana y portorriqueña. "Una paz que nunca había conocido. Todo tenía sentido para mí. Cualquier pregunta que tenía, había una respuesta para ella. Era verdaderamente extraordinario".
Los sentimientos de Pérez parecen resonar en las latinas de los EE.UU., que están abrazando el Islam en número creciente. Se unen a una fe dominada en los Estados Unidos por los negros, que son la mitad de los 6 millones estimados de sus seguidores, de acuerdo con un estudio de 1990 elaborado por el American Muslim Council, el más reciente disponible. Los seguidores de descendencia surasiática y árabe son cerca del 35 por ciento.
El número de musulmanes es difícil de determinar porque la fe no está incluida en el censo de EE.UU., pero hay una abundante evidencia anecdótica que más mujeres hispanas están adoptando el Islam.
"Definitivamente vemos más conversas latinas", dijo Ahmed Bedier, director de la Oficina Central de Florida del Council on American Islamic Relations. "Realmente es un fenómeno porque el estereotipo es que el Islam oprime a las mujeres, así ¿cómo pueden escoger una religión que podría restringir su estilo de vida?."
Lo que alimenta este crecimiento es un aumento de información disponible para los hispanos conversos, dijo Bedier.
Los coranes escritos en español y otras obras son disponibles, y la distribución va en aumento, dijo.
Hay apoyo en Internet para los musulmanes hispanos por parte de grupos como la Latino American Dawah Organization e Hispanicmuslims.com.
Cultura familiar
Mohamed Moharram, dirigente de la Muslim American Society local, no se sorprende por el crecimiento de las conversas latinas.
"En la última jornada de puertas abiertas cuatro latinas se convirtieron al Islam", dijo. "El hecho es que el Islam eleva la posición de las mujeres. Las mujeres la ven [la fe] como una liberación de las dificultades indebidas que la sociedad les impone".
Cuando Pérez se convirtió hace ocho años, era una de las pocas latinas en su mezquita. Ahora ve más.
Cuando me convertí, estaba yo, mi madre, y cuatro de mis amigas con sus madres, dijo Pérez. Ahora hay muchas más.
Algunas se convierten porque se casan con musulmanes; otras están buscando un camino espiritual que les llene más. La mayoría dicen que las enseñanzas del Islam reflejan varios de sus valores latinos.
En el crecimiento la familia lo era todo, dijo Pérez. Se te enseñaba a respetar a tus mayores y a tu madre; no podías ni levantar tu voz ante tu madre. Esta es la vieja escuela de pensamiento, pero esto es el Islam. Cuando no era musulmana, hacía las cosas de esta manera.
El Islam tiene una historia en España que se remonta al gobierno de los moros musulmanes desde el siglo VIII hasta el XV.
Reacciones familiares
En gran medida, las tres mujeres dicen que la familia y los amigos han apoyado sus decisiones de convertirse.
Pero explicar el hiÿab, el pañuelo para cubrir la cabeza, a su abuela, fue difícil, dijo Pérez.
“Me dijo que me quitara ese trapo de la cabeza. Le expliqué que para mí es una orden de Dios llevarlo y que no me lo iba a quitar”, dijo Pérez. “Al final, eran familia, así que aprendieron a tratar con ello”.
Algunas latinas tienen una transición más difícil.
“El mayor desafío al que se pueden enfrentar es contar a sus familias que se han convertido”, dijo Jane I. Smith, profesora de Estudios Islámicos en el Seminario de Hartford en Connecticut y autora de “Islam in America”.
“Corta dos caminos, religiosamente y culturalmente”. Para las familias conservadoras protestantes y católicas romanas en particular, la noticia puede sentar como un golpe.
“Es una manera de salir de la familia. Y de repente, la persona actúa de manera diferente”, dijo Smith. “A menudo es muy doloroso y difícil”.
También, los atentados del 11 de septiembre ponen a la religión más en el punto de mira.
“Los acontecimientos del 11 de septiembre despertaron la curiosidad de los americanos [incluyendo las latinas] acerca del Islam”, dijo Bedier. “Sin embargo, la ofensiva antimusulmana creada como resultado de los mismos acontecimientos provocó que los parientes de los nuevos musulmanes conversos se preocuparan por su seguridad”.
Con su vestido largo y ancho, y el pelo muy bien recogido dentro de su hiÿab, Pérez dijo que a menudo se la confunde con una mujer de Oriente Medio, hasta que habla su lengua materna.
“Cuando ellos [los hispanos no-musulmanes] me oyen hablar en español, dicen ¡Dios mío! ¿Habla español?”. “Realmente es una oportunidad para educar a la gente y enseñarles que puedes ser hispano y musulmán; no tienes porque abandonar tu pertenencia étnica para ser un musulmán”.
Espera que su hija, Anisa Miranda, que a menudo se mece en sus brazos mientras reza, abrazará la religión que comparte con su marido, Michael Miranda, y clama por su salvación.
“No encuentro a faltar las fiestas, los clubes, la bebida, nada de esto”, dijo. “No necesito nada de esto. El Islam no es sólo una religión; es una manera de vivir”.
Fuente: Lista de correo de la Asociación de Latinos Musulmanes de Estados Unidos.
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